1º UR Consulta: Unidad de Reproducción

La UR (unidad de reproducción de mi hospital) mi nuevo hogar de los sueños. Había pasado mil veces por la puerta de aquel sitio de camino a los análisis y ni me había fijado. La primera vez que crucé esa puerta con Mr Planeta pensé que era la zona oculta de aquel hospital, en la planta baja, al fondo pasando la cafeteria donde yo creía que ya no había nada, estaba aquella puerta gigante de cristal separando los dos mundos, el de los fértiles de los infértiles, porque no encuentro que otro motivo puede existir para cruzarla. Miraba hacia los lados casi intentando ocultarme y pasar rápidamente sin dejar que la gente me pillara con sus miradas, que cosas, si ni siquiera iba a robar, iba a una consulta, pero que sensación más violenta.

Como os conté en la última entrada, salí de la consulta de mi ginecóloga con la carta de recomendación en el bolso de camino a pedir cita en la UR, que suerte, eran las 14 y con la llorera, que seguía sin parar, de camino en el coche decidimos llegar al hospital y preguntar por las citas, estaba abierto y nos dieron justo para una semana. Mi ginecóloga me había preguntado qué seguro tenía y si era de MUFACE (Mutua de funcionarios), resulta que estaba de enhorabuena, conseguir esas oposiciones que tantos disgustos e injusticias me habían hecho soportar durante años iban a darme ahora su gran recompensa, esos kilómetros y alquileres varios intentando trabajar en aquello que más quiero, me tenía un premio del destino esperando en este fatídico momento. Y sí, para aquellas que no lo sepan si eres de Muface y cumples algunos requisitos te costean el tratamiento (creo al completo) y si tienes un plus de suerte y cerca de tí hay un hospital con esa unidad de UR y cumples otras cuantas condiciones puede que hasta te ahorres una buena lista de espera, en estos momentos con Mr Planeta en paro y soportando esa mala suerte que le persigue, esto nos da un respiro enorme, lo sé, soy muy afortunada, no veo justo que esto no sea igual para todo el mundo y que se trunquen sueños por presupuestos desorbitados o listas de espera de aupa, es una doble injusticia sumada a la que ya llevamos de fábrica con la infertilidad.

Pues volviendo al momento de cruzar aquel pasillo, ¿sabéis qué había detrás de esa enorme puerta de cristal de la UR? dos chicas muy graciosas con gorritos de dibujitos…yupi…y una sala de espera vacia, sin colas, ¿será porque era 10 de julio?. Nos tomaron todos los datos, nos hicieron una ficha y rápidamente nos pasaron con el doctor, ginecólogo o lo que fuera aquel hombre de talante sereno, tranquilo, seguro, confiado…no intentaba pasarse con los chistes pero tampoco era seco (no soporto los extremos). Le entregué la carta a la que no le hizo mucho caso y empezó con una serie de preguntas rutinarias, sobre mis reglas en busca y captura, el tiempo que llevábamos, fertilidad de la familia…etc

De repente sacó un papelito y se puso a dibujar, si…si…a dibujar (bastante chungo el dibujo, no solo tienen mala caligrafía, pero yo con que tenga buena mano pa lo que tiene que tenerla, perfecto) empezó a contarnos como se produce un embarazo, reviví aquella clase de sexología del instituto en la que te asustaban con el embarazo y sin embargo este hombre lo ponía todo tan complicado que os aseguro que esto tiene más de milagro que de natural. Me hubiera gustado llevarme aquel garabato pero por ser la primera cita no me quise apresurar en la confianza y pasamos a las pruebas, comprobado, no hay consulta de un ginecólogo donde no acaben haciéndote eco…no me libro nunca. Según decía la eco estaba bien, las medidas bien, no había quistes y en definitiva la casita del bebé muy mona (no lo dijo así pero seguro que lo pensó).

Deberes: y aquí viene lo bueno, para mí, análisis ya y otro el día 3 de ciclo (llevaba retraso de más de 2 meses)y de oferta marchando una histerosalpingografía (ayyyy como odio ese nombre), para él otro seminograma con test de REM y bingo su primer análisis con la diferencia que él llevaba solo 4 crucecitas para analizar y yo conté hasta 30, no hay derecho, me van a vaciar.

Con tanto papeleo me fuí de allí con una sonrisa de oreja a oreja, el problema era esperar a mi regla, no me quiso dar nada para provocarla solo me dijo que si en 2 meses seguía desaparecida que volviera. No nos dió esperanzas, lo prefiero, creo que intentó ser realista, nos habló de estadísticas en cada tipo de tratamiento y en que consistian por lo alto (lo de los pinchazos que tanto odio se lo saltó, seguro que a propósito) pero nada más, fue correcto, educado, atento y por eso, desde ese mismo momento se ganó mi confianza, lo que tenga que pasar después ya se verá, pero el comienzo prometía.

Nota: por cierto, se me olvidó deciros cuales fueron las últimas palabras de mi ginecóloga, esa que siempre me despedía con «la próxima vez que nos veamos que sea embarazada», pues esta vez modificó un poco su frase con mi llantera «no te preocupes que en pocos meses te voy a tener por aquí echa un trapito vomitando, ya verás» que maja ella, si es que hasta lo del vómito me pareció idílico.

Y aquí comienza mi paseo por la UR………