Experiencia con la histeriosalpingografía

Pues ya estoy de vuelta para contaros que tal ha ido mi temida prueba….espero no enrrollarme como las persianas….

Estaba muy tranquila hasta anoche cuando llegó el momento de tomar el antibiótico y supe que ya era una realidad, uffff, he dormido bien (soy una marmota) pero al levantarme otra vez ese cosquilleo nervioso por el cuerpo, otro antibiótico y para el hospital.

Hacer una cola de 15 minutos y esperar más de 30 para que te llamen cuando llegaste con puntualidad británica no ayuda nada a calmar mis nervios. Si encima cuando le dices a la chica que tienes cita, va y te pregunta que quién te dió la cita y cuándo, con cara de confusión pues peor…luego sale una bata blanca de rayos y pregunta ¿pero hoy tenemos una histerio?…anda, mira que bien, si esa soy yo y parece que tienen el camping desmontao (pues nada yo me voy y con que pongáis en elgún lado que estoy perfecta todos tan contentos, nadie tiene que enterarse..jijij) pero no, el proceso sigue y mis miedos aumentan al rellenar la ficha de consentimiento, me ha insistido varias veces que la lea bien (si la leo a fondo, te puedo asegurar que no me la hago). Total, que me he limitado a rellenar y firmar, la suerte está echada….

Cuando esa chica de la bata blanca me ha llamado y me ha pedido que entre he pensado «bien, parece maja»….

Aquí abró un paréntesis, ¿cómo puede ser que justo cuando estoy apunto de entrar para hacerme la dichosa prueba los astros se confabulen en mi contra y aparezca salida de la nada esa amiga que no te apetece nada ver por muchos motivos y la que esperas que nunca llegue a enterarse de nada de esto? ¿enserio? ¿no hay más dias? ¿no hay más horas? ¿no hay más hospitales?…pues sí, pasa y me pasó justo hoy…(tierra trágame ya)…….

Seguimos, cuando paso me dan la batita azul, me piden que me desnude y me quede en suje y que cuando esté lista me tumbe en la típica camilla de rayos. Hasta ahí bien, la chica me dice que va a ser rápido, que molesta como una regla poca cosa y que me ponga en posición ginecológica. Todo perfecto, un clima tranquilo y relajado, hasta que de repente aparece el abuelo de todos los abuelos y sí, ese hombre que debía pasar bien pasados los 70 era el que me iba a hacer la prueba, la chica maja solo se encargaba de la foto…ayyyyyyyyyy. Empecé a ponerme más nerviosa cuando vi que este señor no encontraba los guantes, preguntaba por una y otra cosa, parecía no ver bien la pantalla que tenía puesta (dios, si no ve bien la pantalla, ¿cómo me verá a mí por mis adentros?. Parecía amable, me preguntó que para qué necesitaba la prueba (no me imagino que haya muchos motivos pa hacérsela, sota, caballo o rey) y empezó.

Y ahora es el momento de cofesar, soy «la pupas» si solo con el espéculo ya creí ver las estrellas, estaba tan nerviosa y con tantos miedos tontos, que claro el espéculo me dolió (nada que no fuera soportable) se me escaparon un par de lagrimillas de emoción contenida, no de dolor, era la propia presión psicológica que yo me había creado y la chica de la bata blanca me dió su mano con fuerza para que aguantara mientras colocaba bien el espéculo…y decía «no te preocupes esto va a ser nada, verás el parto eso sí que duele» (jejeje….menudo consuelo).

Cuando introdujo el contraste apenas lo noté, fue rápido, nada molesto, hizo las dos fotitos del chalet de mis bebés y listo, todo pasó volando, nada que ver con lo que pensaba, me sentí como una cria llorona y miedica, que tonta por dios.

Salí de allí limpiando un poquito mi cara por lo que sabía que me encontraría al salir..y sí, allí estaba mi amiga para enterarse de todo o lo que es lo mismo saludar, no preguntó mucho por lo que intuí que había logrado someter a Mr Planeta  a un 3º grado de confesión y más o menos así fue.

Y esto ha sido todo…histérica, casi, casi me pongo histérica para nada, confieso soy culpable de mis miedos y mi dolor en muchos casos es más psicológico que físico.