4º Día: IA ya van 3 banderillas ¿podré acostumbrarme?

Ya os digo que no.

Esto se ha convertido en un ritual, suena el despertador, empiezo a temblar, sacamos la medicación y ya veo que el boli me mira y se ríe, aparece y me ronda el banderillero, quiere disimular pero no, yo le veo cierto disfrute en su rostro. Noto que me persigue, en cualquier momento me sorprende con la aguja en mano, pero no, sabe que no le quito ojo.

Me vuelvo a tumbar en el sofá, pongo mi canción favorita, me abrazo al cojín y dejo que mis peluditas me den lametones en lo poquito que dejo al aire de rostro. Esta vez lo he notado, no es dolor ya lo sé, es curioso he notado la aguja haciéndose camino pero no el clack clack clack, ¿será que yo cantaba más fuerte que el boli?

Si de esta no se enteran los vecinos es que está más que comprobada la insonorización del piso.

Y ese ha sido mi tercer pinchazo, no me podré acostumbrar solo rendir no me queda otra y lo sé, en dos pinchazos más cambiaré el boli de las torturas por el potro del mismo apellido y si todo va bien habrá merecido la pena.

Hoy he salido a pasear, me siento muy hincha, menuda barriga de preñi sin premio que se me está poniendo. Tengo gases, estoy hinchada y la comida me llena enseguida, son nervios, ansiedad, miedo…una mezcla de todo aliñado con quejas y más quejas. Mr Planeta tiene el cielo ganado aguantándome porque hay momentos en los que me sale la vena borde o el cabreo con el mundo en general y aquí está él para tratarme, sé que esto no podría hacerlo si él no fuera como es por eso quizás hoy ya me empiezo a acostumbrar un poco. Hoy no he sentido ganas de llorar, solo de venir corriendo a escribir y olvidarme con vosotras de un pinchazo más para la colección.

Mañana más 😉