Temas Tabú «LA INFERTILIDAD»

Ayer leyendo el blog de «diario de una madre ingeniera» la chica de su historia decía que las infértiles somos en parte culpables de que esto sea un tema tabú al esconderlo.

Estoy en parte de acuerdo, cuando comienzas la búsqueda sabes que hay un % de mujeres que no lo consiguen de forma natural, nunca esperas formar parte de ese %, pasas de puntillas por el tema, es algo que mejor no mirar mucho por no gafar, verdad?

Cuando te enteras de pleno que tus posibilidades de quedar embarazada de forma natural se reducen a un 1% de milagro lloras, se llora mucho, se te pone un nudo en la garganta que te corta la respiración y te sube una angustia del estómago que pocas veces en tu vida has sentido. Te sueles enterar cuando llevas muchos meses o años ilusionándote en cada ciclo, mirando de reojo otros bebés y elaborando una lista mental de nombres.

Y entonces ¿que hacer? ¿contarlo? ¿callarlo? 

Sabes que la gente que te quiere puede sufrir con esto, ¿mejor dejarlos felices en su ignorancia? ¿mejor inventar motivos que retrasan la llegada del bebé? tampoco sabes muy bien lo que necesitas oir y activas un mecanismo de defensa muy sensible que dispara a la primera palabra que no es de su agrado.

Como os conté al inicio, nosotros decidimos contarlo a padres y hermanos, nada más. Cuando se lo conté a mis padres, mi madre rápidamente dijo que mi hermano no tenía por qué saberlo y que el resto de familia (primos y tíos) no tenían por qué enterarse nunca.

En ese momento piensas ¿estoy haciendo algo mal? ¿me tengo que esconder? ¿es ilegal?

En todo este cóctel de sentimientos, decidí confiarlo a mis dos mejores amigas, me ayudó llorar con ellas y un abrazo que aún tengo grabado, en realidad creo que a veces solo necesitas minutos y minutos de un abrazo enorme. Saben que busqué información en internet, saben que tengo un alias, saben que tengo un blog, saben que ya inicié tratamiento….pero a día de hoy no saben que estoy en puertas de una FIV creo que me perdieron la pista antes de la cancelación de mi segunda IA. No las culpo, las quiero un montón, ellas intentan distraerme con otros temas, también tienen los suyos que no son menos importantes y piensan que cuando necesite hablar las llamaré. Saben que soy reservada y han decidido no agobiar.

En el trabajo, decidí contarlo a mi jefa para el tema de los permisos para las citas y a dos compañeras que hace muchos años pasaron por la infertilidad. Se han portado genial, discretas pero atentas, preocupadas y amables, generosas en todo momento. En los últimos meses he acabado contando con naturalidad a otros cuantos compañeros de trabajo el momento por el que estoy pasando, como el que cuenta que se tiene que hacer revisiones del corazón y controlar su colesterol. No me he sentido incómoda, todo lo contrario, me he sentido relajada, no tengo por qué fingir que tengo un buen día cuando no es así y veo en sus saludos y gestos complicidad y ánimos.

Entonces ¿por qué es un tema tabú? por todas aquellas personas que sabes que no te quieren bien y que harán de esto su tema de conversación en cada reunión o café. ¿ por qué ellas y las otras no? porque a las que me quieren con sinceridad o están en mi vida porque yo he decidido que estén en ella les perdonaría cualquier comentario desafortunado, al resto no.

¿Queréis un ejemplo?

Mi mejor amiga: comentó la última vez que echamos unas cervezas lo siguiente «y no pueden pincharte todas esas hormonas y decirte, venga, mañana a las 9 echas el polvo de tu vida y listo, conseguido, es que de ese modo no es tan frío» creo que piensa que no sabemos echar un polvo y hemos elegido la reproducción asistida como el que se va al concesionario a por un coche, pero la quiero tanto que puede decir misa yo decido si respondo o lo dejo pasar.

Una prima y su marido: (en el grupo de los que no he elegido y no me queda claro si me quieren bien) tuvimos una amiga en común que tardó 5 años en tener a su bebé tras pasar por numerosos tratamientos y en este embarazo pasó los 9 meses en cama con mínimas posibilidades de conseguir llegar al parto, ella se denominaba «la pupas de las embarazadas», en una conversación que tuve sola con mi prima y su marido hablando de nuestra amiga común comentaron «es normal, normal que ese embarazo se pare porque no es algo natural, es un cuerpo extraño y todo tan mecanizado que no puede salir bien» las miradas, la forma de hablar, la ignorancia y las ganas de regodearse en el mal de terceras personas me puso enferma (sin saber  que sería la siguiente en la infertilidad).

Conclusión, puedo normalizar el tema de la infertilidad con muchas personas que no tienen por qué ser amistades íntimas, pero que han demostrado cierta competencia de empatía hacia mí. Puedo compartirlo con quien sé que lo tratará con respecto y que los comentarios absurdos que haga desde su ignorancia podrán ser corregidos sin temor a reprimendas o a acusaciones de «obsesión».

He comprobado que la mayoría de la gente no sabe ni que es IA ni que es FIV ni que hay que pincharse, hormonarse, etc, que algunos piensan que somos infértiles por decisión, que otros no le dan la más mínima importancia que la que puede tener comprar una casa, que otros nos miran como bichos raros «que cosas» he oido más de una vez, otros no entienden por qué no nos conformamos con lo que tenemos y la naturaleza nos da pero lo que más me sorprende es que la gente que ha elegido llevar esto en secreto aunque fuera evidente tampoco se muestre empática con los que estamos viviendo en la actualidad con la infertilidad. Cometer los mismos errores que cometieron contigo me suena un poco a venganza, ¿no? o¿simplemente será inmadurez?

Menuda parrafada os he soltado jejeje y más que podía seguir. Me encantaría gritar que somos infértiles y qué, no por eso se me pone el pelo verde o contagio nada, no sentirme fugitiva de mi misma realidad pero no encuentro mejor manera de vivirla. A las que comienzan ahora o están en pleno proceso les puedo decir que con los meses lo veo como algo más normal y no me cuesta nada hablar de ello, he conseguido que no me tiemble la voz, casi no trago saliva cuando me preguntan y suelo mantener los ojos secos con la mirada fija 😉

De todas aquellas personas con las que he compartido mi infertilidad el grado de comprensión es el siguiente:

  •  Mis amistades 2.0.
  • Mr Planeta (está segundo porque vosotros le ganáis en esto)
  • Mis compañeras del trabajo
  • Mis dos mejores amigas
  • Nuestros padres (no me gusta este último puesto, los cuatro no lo ocupan del mismo modo, pero si ahora tuviera que volver atrás quizás los sacaría de la lista, eligiendo la felicidad de la ignorancia)

Y vosotros, ¿Qué opináis sobre si debería o no ser tema tabú?

Un final de año muy especial y feliz :)

Aquí esta la entrada que os prometí sobre los motivos que hacen que cierre el año feliz con el lío de hormonas que llevo encima.

(por cierto mi regla hoy tampoco ha dado la cara ¿se habrá escapado? ¿esos manchados entonces fueron regla? me encuentro regular nada más físicamente).

En las primeras entradas del blog os hablé de «amistades sin rostro» de todo lo que el mundo 2.0 me ha dado en esta etapa tan complicada de asimilación de «la papeleta que nos ha tocado»

No sé si os acordáis que en otra de mis entradas os comenté que recorrí muchos kilómetros justo el fin de semana después de enterarnos de todo el pastel de la infertilidad, esterilidad o como lo queramos llamar. Ese viaje ya de por sí fue especial, nos dio la vida en aquellos momentos difíciles y puse cara a una de esas amistades. Fue raro, muy raro encontrarte con alguien con quien has hablado y compartido tanto pero que nunca has visto, además aquí las dos protagonistas somos de tendencia tímida, mejor dicho muy tímidas, menos mal que nuestros dos hombretones tienen palique para rato jejejeje

Tras ese encuentro y con todo lo que se me vino encima, esa amistad se fue intensificando de un modo peligroso que despertaba incluso cierto miedo o temor a romperse en el fino hilo de internet o el frío contacto del wasap, pero no fué así.

En alguno de mis post sobre los banderillazos que tanto temía (y sigo temiendo) os conté que tenía a alguien que me acompañaba en cada pinchazo y hacía que todo fuera más fácil y especial. La mañana del día en que me tocó mi primer pinchazo descubrí un tenedor en su foto de perfil…jajaja…lo que me pude reir.

2014-12-23 14.25.10

Ese tenedor llevaba guardado en su nevera el mismo tiempo que la medicación y el boli en la mía y ese tenedor sería protagonista en cada uno de mis banderillazos, me emocioné al verlo esa primera vez como me emocioné al verlo actuar cada noche puntual a las 9.

¿Queréis verlo?

2014-12-23 14.48.53
2014-12-23 14.19.222014-12-23 14.20.442014-11-04 21.35.31

 Pues ahora os digo que ese tenedor vino tras recorrer más de 500 km este fin de semana a mi casa, tuvimos nuestro segundo reencuentro que fue mucho más especial que el primero por varios motivos más (pero eso no lo cuento que entonces no terminamos nunca, que me lío)

Compartir este final de 2014 con esta «amistad con rostro» darnos cuenta que por muy cruel que pensemos que ha sido 2014 para nosotras aquí estamos juntas, unidas por una casualidad, juntadas por este destino que a veces es tan piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii….eso, como dice el anuncio «no tiene precio»

Han sido unos días intensos, cortos y muy especiales….llenos de detalles y sentimientos a flor de piel, me quedo con el tenedor en casa, se viene a pasar unas vacaciones conmigo antes de devolverlo a su banderillera.

2014-12-23 14.38.24

Con todo esto me he dado cuenta que soy feliz, feliz , feliz.…no termino 2014 vomitando las uvas ni con unos michelines con sorpresa dentro, no he podido ver dos rallitas juntas en un test ni sé si 2015 será generoso conmigo y me las brindará……pero sé que vivir es mucho más que sufrir por lo que se desea y no se consigue.

«Vivir es increíble»

«Todo es posible»

2014-12-21 16.52.17

FELIZ NAVIDAD A TODO@S Y MIS MEJORES DESEOS PARA 2015

La infertilidad y las amistades sin rostro en la red

La búsqueda del primer bebé es una etapa llena de ilusiones, felicidad y ganas de compartir. Unos deciden llevarlo en la intimidad de la pareja, otros hacen partícipes a las familias, amigos, al mundo y les invaden las ganas de gritar a los cuatro vientos que quieren ser papás.

Siempre me había imaginado compartiendo este momento con mis dos mejores amigas, aquellas que para mí son pilares fundamentales en mi vida. Me hubiera gustado compartir embarazo, síntomas y que juntas hubiéramos iniciado esta etapa. Pero nuestros proyectos nunca han coincidido, cada una se encuentra en una etapa distinta, han estado conmigo en mis mejores y en mis peores momentos y aunque sé que la maternidad les hace ilusión, también sé y entiendo que no es este su momento. No por todo esto les voy a privar de mi camino, pero quiero moderar mi entusiasmo o desesperación con ellas, encontrar el equilibrio que no me impida apoyarlas en sus etapas actuales, evitando que mi dolor nuble el resto de proyectos.

¿Amistades sin rostro en la red? Son esas personas que sin conocerme me dan los buenos días, me aconsejan, me escuchan, sienten en su piel mis pensamientos, comparten conmigo los suyos en un círculo de confianza que nunca antes imaginé. Aquellas que me acompañan sin rostro y con él, aquellas con las que no me he tomado una cerveza o a las que no he visto caminar, aquellas que un día me animaron a un encuentro a 400 km de mi tierra y pude conocer, o aquellas que incluso comenzaron a seguirme en este blog con sus palabras de apoyo.

Hasta hace un año, pasaba de puntillas por la red, con miedo a escribir ¿qué podía decir yo?¿qué podía opinar? ¿quién me leería? ¿qué pensarían de mí? era una consumidora de preguntas de otros o una usuaria agradecida de todo aquello que llamaba mi atención. Pero la maternidad llamó a mi puerta y al complicarme su camino me hizo consultar varias veces a Sangoogle y tropezarme con foros de buscadoras de bebés, leer opiniones y vivir la emoción de esperar en red el resultado del test de alguna chica. Una cosa me llevó a la otra y percibí que el compartir mis inquietudes y síntomas con otras chicas que pasaban por momentos similares me recargaba de energía, hacía que los tropiezos fueran menos dolorosos. Me convertí en una «buscadora de sueños y milagros» cuando la infertilidad llamó a mi puerta y entonces descubrí a soñadoras sin rostro con ganas de unirse a una ilusión por ser mamás a pesar de lo empinado que se nos presentaba el camino. Confieso que lloré, a solas, escondida del mundo, cuando conocí las experiencias de algunas blogeras que ahora sigo. Me puse en la piel de esas chicas que han compartido su paso por diferentes técnicas de reproducción asistida, sentí escalofríos al leerlas, me mentalicé, calmé mis dudas y me ví (aún sin comenzar) pasando por cada una de las etapas de este proceso.

Mr Planeta es totalmente ajeno a la red, no me manda mensajes tallados en piedra ni señales de humo para entendernos pero tampoco ha dado el paso a las amistades sin rostro. Ha visto mi evolución en estos meses y ha empezado a comprender que estas amistades se han vuelto muy importantes para mí. Ha descubierto al llegar a tratar con la infertilidad que nuestro entorno no tiene por qué entendernos, que es complicado empatizar con nosotros si no pasas por algo similar, que la familia más próxima (nuestros padres) tampoco aciertan con sus consejos y se pierden en el modo de apoyarnos, que es un tema dificil de tratar y que él prefiere llevar en la intimidad. Mi sensación al no hablar libremente de nuestra infertilidad con nuestro entorno es de culpabilidad, esconder lo que pasa me hace sentir un poco delincuente, no normalizar la situación me sigue llevando a la idea de «esto solo nos ocurre a nosotros».

Solo conocen la realidad de nuestra situación actual (proceso de reproducción asistida) nuestros padres y estas dos amigas, el resto sois vosotros, amistades sin rostro que desde el inicio de mi paso por la red habéis sabido elegir las palabras oportunas. He dejado libres mis pensamientos con aquellas que desde hace 6 meses decidieron compartir conmigo los suyos, he encontrado amistades tan intensas que me han hecho coger coche y carretera y comprobar que no eran fruto de mi imaginación, que respiraban como yo y que no estaban enlatadas en torres de ordenadores. Amistades que me animaron hace unas semanas a escribir en este blog, amistades a las que les prometí esta entrada y hablar de ellas aquí, aquellas que empezamos a buscar nuestro sueño y milagro, aquellas que lo están consiguiendo en estos momentos, o aquellas que lo lograron y nos van relatando su experiencia para recordarnos que «se puede».

Hay días que me levanto y me ilusiona pasear por «mi mundo virtual», días en los que pienso que algunas de vosotras sabéis mucho más de mí que aquellos que comparten la cerveza con Mr Planeta y conmigo, porque ellos saben si soy morena o rubia, estatura y puede que hasta mi talla de pantalón, saben donde vivo y conocen a parte de mi familia, pero eso tan valioso que nos hace únicos, nuestros pensamientos, nuestras sensaciones, eso solo lo conocéis vosotras, mis amistades sin rostro.