La infertilidad y las amistades sin rostro en la red

La búsqueda del primer bebé es una etapa llena de ilusiones, felicidad y ganas de compartir. Unos deciden llevarlo en la intimidad de la pareja, otros hacen partícipes a las familias, amigos, al mundo y les invaden las ganas de gritar a los cuatro vientos que quieren ser papás.

Siempre me había imaginado compartiendo este momento con mis dos mejores amigas, aquellas que para mí son pilares fundamentales en mi vida. Me hubiera gustado compartir embarazo, síntomas y que juntas hubiéramos iniciado esta etapa. Pero nuestros proyectos nunca han coincidido, cada una se encuentra en una etapa distinta, han estado conmigo en mis mejores y en mis peores momentos y aunque sé que la maternidad les hace ilusión, también sé y entiendo que no es este su momento. No por todo esto les voy a privar de mi camino, pero quiero moderar mi entusiasmo o desesperación con ellas, encontrar el equilibrio que no me impida apoyarlas en sus etapas actuales, evitando que mi dolor nuble el resto de proyectos.

¿Amistades sin rostro en la red? Son esas personas que sin conocerme me dan los buenos días, me aconsejan, me escuchan, sienten en su piel mis pensamientos, comparten conmigo los suyos en un círculo de confianza que nunca antes imaginé. Aquellas que me acompañan sin rostro y con él, aquellas con las que no me he tomado una cerveza o a las que no he visto caminar, aquellas que un día me animaron a un encuentro a 400 km de mi tierra y pude conocer, o aquellas que incluso comenzaron a seguirme en este blog con sus palabras de apoyo.

Hasta hace un año, pasaba de puntillas por la red, con miedo a escribir ¿qué podía decir yo?¿qué podía opinar? ¿quién me leería? ¿qué pensarían de mí? era una consumidora de preguntas de otros o una usuaria agradecida de todo aquello que llamaba mi atención. Pero la maternidad llamó a mi puerta y al complicarme su camino me hizo consultar varias veces a Sangoogle y tropezarme con foros de buscadoras de bebés, leer opiniones y vivir la emoción de esperar en red el resultado del test de alguna chica. Una cosa me llevó a la otra y percibí que el compartir mis inquietudes y síntomas con otras chicas que pasaban por momentos similares me recargaba de energía, hacía que los tropiezos fueran menos dolorosos. Me convertí en una «buscadora de sueños y milagros» cuando la infertilidad llamó a mi puerta y entonces descubrí a soñadoras sin rostro con ganas de unirse a una ilusión por ser mamás a pesar de lo empinado que se nos presentaba el camino. Confieso que lloré, a solas, escondida del mundo, cuando conocí las experiencias de algunas blogeras que ahora sigo. Me puse en la piel de esas chicas que han compartido su paso por diferentes técnicas de reproducción asistida, sentí escalofríos al leerlas, me mentalicé, calmé mis dudas y me ví (aún sin comenzar) pasando por cada una de las etapas de este proceso.

Mr Planeta es totalmente ajeno a la red, no me manda mensajes tallados en piedra ni señales de humo para entendernos pero tampoco ha dado el paso a las amistades sin rostro. Ha visto mi evolución en estos meses y ha empezado a comprender que estas amistades se han vuelto muy importantes para mí. Ha descubierto al llegar a tratar con la infertilidad que nuestro entorno no tiene por qué entendernos, que es complicado empatizar con nosotros si no pasas por algo similar, que la familia más próxima (nuestros padres) tampoco aciertan con sus consejos y se pierden en el modo de apoyarnos, que es un tema dificil de tratar y que él prefiere llevar en la intimidad. Mi sensación al no hablar libremente de nuestra infertilidad con nuestro entorno es de culpabilidad, esconder lo que pasa me hace sentir un poco delincuente, no normalizar la situación me sigue llevando a la idea de «esto solo nos ocurre a nosotros».

Solo conocen la realidad de nuestra situación actual (proceso de reproducción asistida) nuestros padres y estas dos amigas, el resto sois vosotros, amistades sin rostro que desde el inicio de mi paso por la red habéis sabido elegir las palabras oportunas. He dejado libres mis pensamientos con aquellas que desde hace 6 meses decidieron compartir conmigo los suyos, he encontrado amistades tan intensas que me han hecho coger coche y carretera y comprobar que no eran fruto de mi imaginación, que respiraban como yo y que no estaban enlatadas en torres de ordenadores. Amistades que me animaron hace unas semanas a escribir en este blog, amistades a las que les prometí esta entrada y hablar de ellas aquí, aquellas que empezamos a buscar nuestro sueño y milagro, aquellas que lo están consiguiendo en estos momentos, o aquellas que lo lograron y nos van relatando su experiencia para recordarnos que «se puede».

Hay días que me levanto y me ilusiona pasear por «mi mundo virtual», días en los que pienso que algunas de vosotras sabéis mucho más de mí que aquellos que comparten la cerveza con Mr Planeta y conmigo, porque ellos saben si soy morena o rubia, estatura y puede que hasta mi talla de pantalón, saben donde vivo y conocen a parte de mi familia, pero eso tan valioso que nos hace únicos, nuestros pensamientos, nuestras sensaciones, eso solo lo conocéis vosotras, mis amistades sin rostro.

25 Comentarios

  1. Precioso Estela! Me encanta todo lo que cuentas porque describe muy bien cómo nos semtimos las parejas que estamos pasando por todo esto. Primerizas, repetidoras, novatas que acaban de descubrir su realidad o expertas que lo tienen aprendido desde hace mucho.
    Cada ciclo es una aventura nueva y padamos por los mismos miedos e inquietudes cada vez.
    Gracias por tanto que compartimos!

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  2. Muchas gracias Estela por tus palabras. Este es un camino difícil y encontrar a gente que te entiende, comprende y te da ánimos cuando lo necesitas es lo que nos da ánimos para seguir luchando por nuestro sueño. Poco a poco encontramos a nuestra familia virtual

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  3. Que bonitas palabras! Y cuanta razón en todo. Eso de que tienes la sensación de que sólo nos pasa a nosotros… Y en la Red te das cuenta de que son muchos más de los que parecen!
    También,afortunadamente, las amistades sin rostro cada vez son más reales,y nos permiten conocer a personas maravillosas.
    Muchas gracias por expresarlo tan bonito.

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  4. Los buenos días, las buenas tardes y las buenas noches… Llorar juntas de alegría y de tristeza, toparnos con piedras en el camino y encontrar la forma de sacarlas (aunque sea con las manos…) . Compartir inseguridades, miedos, intimidades, rombos y alegrías… Planear encuentros que serán posibles o no, pero que mientras lo hacemos, no perdemos la ilusión… Gracias por ser una gran supertita!!!

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  5. Hola preciosa!! Que bonito a sido conocernos y poder compartir con vosotras esos buenos y malos días , somos una pequeña gran familia de Kinders rombeadoras! Precioso tu blog me he leído todas la entradas y espero poder seguir leyendo ese bonito final que todas esperamos mientras nos quedamos juntas compartiendo esos buenos y malos días! Besitos

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